Por favor, use este identificador para citar o enlazar este ítem: http://hdl.handle.net/10201/135459

Título: Aspectos bioéticos de la adecuación del esfuerzo terapéutico en el final de la vida : un estudio empírico en profesionales sanitarios de las Islas Baleares
Fecha de publicación: 8-nov-2023
Fecha de defensa / creación: 31-oct-2023
Editorial: Universidad de Murcia
Materias relacionadas: CDU::6 - Ciencias aplicadas::62 - Ingeniería. Tecnología
Palabras clave: Bioética
Ética
Resumen: Introducción: De las nuevas tecnologías y los actuales cuidados en soporte vital avanzado que permiten sustentar artificialmente diferentes funciones vitales, han emergido nuevos dilemas éticos que obligan al profesional sanitario replantearse el límite del esfuerzo terapéutico. Esta explosión hizo evidente que los nuevos avances tecnológicos, usados inapropiadamente, pueden no salvar vidas, pero sí transformar la muerte en un proceso miserable, indigno y prolongado. Las acciones de no iniciar, retirar o mantener medidas terapéuticas resultan complejas para los profesionales sanitarios y sus actuaciones deben estar fundamentadas en la reflexión prudente, informada, discutida y compartida por el equipo. Objetivos: Analizar las actitudes de los profesionales sanitarios de las Islas Baleares en relación con los cuidados básicos al final de la vida y la adecuación del esfuerzo terapéutico. Metodología: Estudio descriptivo cuantitativo y transversal realizado a enfermeras y médicos de diferentes servicios asistenciales de las Islas Baleares implicados en el cuidado del paciente terminal con el fin de observar si sus experiencias, creencias y valores intervienen en sus actuaciones clínicas. Se llevó a cabo mediante un cuestionario agrupado en 4 temáticas: los cuidados básicos al final de la vida y la adecuación del esfuerzo terapéutico, la atención al paciente terminal, la escala de Bugen de afrontamiento de la muerte y la escala de actitudes ante los cuidados paliativos. Resultados: El estudio fue realizado de marzo a mayo de 2022. Se obtuvo una muestra total de 456 profesionales sanitarios que firmaron un consentimiento informado. Los cuidados más considerados como básicos fueron: la medicación para aliviar el dolor, la higiene corporal y los cuidados de la boca. Menos de la mitad considera tener los conocimientos y habilidades necesarias para cuidar a los pacientes y sus familias en el proceso de morir. Los profesionales sanitarios creyentes fueron menos partidarios que los no creyentes de retirar una sonda nasogástrica para nutrir a un paciente terminal (p=0,009), indicaron en mayor medida considerar aspectos físicos, psicológicos y espirituales en el tratamiento del dolor (p=0,025), informar del registro de las voluntades anticipadas (VA) (p=0,011) y consultarlas (p=0,02). Los profesionales sanitarios hombres consideraron en mayor medida como cuidados básicos al final de la vida los cambios posturales (p=0,038), el sondaje vesical (p<0,001), el sondaje nasogástrico (p=0,001), la sueroterapia (p<0,001) y la cura de heridas (p<0,001). Las profesionales mujeres indicaron en mayor proporción la sueroterapia (p=0,041) y la nutrición enteral (p=0,037) como medidas desproporcionadas en un paciente terminal. Los profesionales sanitarios de atención hospitalaria (AH) y primaria (AP) tuvieron consideraciones similares sobre los cuidados considerados básicos en el final de la vida y la adecuación del esfuerzo terapéutico. Mayores porcentajes de profesionales de AH indicaron tratar correctamente los síntomas del enfermo, tener en cuenta aspectos culturales y ofrecerle acceso al guía espiritual. Manifestaron tener más recursos para prestar cuidados paliativos (p=0,007) y menos angustia ante diversas situaciones paliativas(p<0,001). Resultaron diferencias estadísticamente significativas en enfermeras y médicos al clasificar la mayoría de los cuidados básicos del final de la vida. Las enfermeras afirmaron que no se conoce ni consultan las VA y no se evalúa ni trata el dolor con eficacia. Los médicos presentaron mejor afrontamiento de la muerte (p=0,012). Los profesionales sanitarios con menos experiencia laboral indicaron menos capacidades para cuidar a pacientes en el proceso de morir y presentaron peor afrontamiento de la muerte. Aquellos con más experiencia tuvieron actitudes más positivas ante los cuidados paliativos. Conclusiones: La adecuación del esfuerzo terapéutico se encuentra justificada desde la bioética y fundamentada en el principio de no maleficencia. Para favorecer una correcta atención al paciente terminal y los cuidados paliativos es necesario fomentar los conocimientos en ética, en habilidades de comunicación y en procesos deliberativos. Uno de los mayores retos a los que tendrá que enfrentarse el profesional sanitario será al acompañamiento al final de la vida y la prestación de unos cuidados paliativos de calidad, por lo que la formación competencial en ética, en comunicación de malas noticias y en procesos deliberativos facilitará la toma de decisiones y asegurarán cuidados de calidad.
Introduction: New ethical dilemmas have emerged from the new technologies and current advanced life support care that allow different vital functions to be artificially sustained, forcing the health professional to rethink the limits of therapeutic effort. This explosion made it evident that new technological advances, used inappropriately, may not save lives, but transform death into a miserable, undignified and prolonged process. The actions of not initiating, withdrawing or maintaining therapeutic measures are complex for healthcare professionals and their actions must be based on prudent, informed reflection, discussed and shared by the team. Objectives: To analyse the attitudes of healthcare professionals in the Balearic Islands in relation to basic end-of-life care and the adequacy of therapeutic effort. Methodology: A descriptive, quantitative, cross-sectional study was carried out on nurses and doctors from different care services in the Balearic Islands involved in the care of terminally ill patients in order to observe whether their experiences, beliefs and values influence their clinical actions. It was carried out by means of a questionnaire grouped into 4 themes: basic care at the end of life and the adequacy of therapeutic effort, care of the terminally ill patient, the Bugen scale for coping with death and the scale of attitudes towards palliative care. Results: The study was conducted from March to May 2022. A total sample of 456 healthcare professionals who signed an informed consent form was obtained. The care most considered basic were: pain relief medication, body hygiene and mouth care. Less than half considered they had the knowledge and skills to care for patients and their families in the dying process. Believing healthcare professionals were less likely than non-believing healthcare professionals to remove a nasogastric tube to nourish a terminally ill patient (p=0,009), more likely to consider physical, psychological and spiritual aspects of pain management (p=0,025), more likely to report advance directives (p=0,011) and more likely to consult with them (p=0,02). Male health professionals considered postural changes (p=0.038), bladder catheterisation (p<0.001), nasogastric catheterisation (p=0.001), serum therapy (p<0.001) and wound care (p<0.001) as basic end-of-life care to a greater extent. Serum therapy (p=0.041) and enteral nutrition (p=0.037) were more often indicated by female professionals as disproportionate measures in a terminally ill patient. Hospital (HA) and primary care (PC) health professionals had similar considerations about the care considered basic at the end of life and the appropriateness of the therapeutic effort. Higher percentages of HA professionals indicated treating the patient's symptoms correctly, taking cultural aspects into account and offering access to spiritual guidance. They reported having more resources to provide palliative care (p=0.007) and less distress in various palliative situations (p<0.001). Statistically significant differences were found in nurses and physicians when rating most basic end-of-life care. Nurses stated that VA is not known or consulted and pain is not effectively assessed and treated. Physicians reported better coping with death (p=0.012). Healthcare professionals with less work experience indicated less ability to care for patients in the dying process and had poorer coping with death. Those with more experience had more positive attitudes towards palliative care. Conclusions: The appropriateness of the therapeutic effort is justified by bioethics and based on the principle of non-maleficence. In order to promote proper care for the terminally ill patient and palliative care, it is necessary to promote knowledge of ethics, communication skills and deliberative processes. One of the greatest challenges that healthcare professionals will have to face will be end-of-life accompaniment and the provision of quality palliative care, which is why training in ethics, communication of bad news and deliberative processes will facilitate decision-making and ensure quality care.
Autor/es principal/es: Gómez Pérez, Cindia
Director/es: García Capilla, Diego José
Sánchez García, Ana Belén
Facultad/Departamentos/Servicios: Escuela Internacional de Doctorado
Forma parte de: Proyecto de investigación
URI: http://hdl.handle.net/10201/135459
Tipo de documento: info:eu-repo/semantics/doctoralThesis
Número páginas / Extensión: 785
Derechos: info:eu-repo/semantics/openAccess
Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional
Matería geográfica: Islas Baleares
Aparece en las colecciones:Ciencias de la Salud

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