Programa de ejercicio mediante realidad virtual no-inmersiva intradiálisis

Abstract

Introducción. La enfermedad renal crónica está estrechamente relacionada con un alto riesgo de muerte y discapacidad, bajo rendimiento físico y fragilidad. A pesar de la efectividad reportada en estudios previos, los programas de ejercicio intradiálisis aún no se implementan como parte de la rutina clínica. La falta de motivación, el cansancio después de las sesiones de hemodiálisis y el miedo a complicaciones son algunas de las razones para no realizar ejercicio. El uso de la realidad virtual en la práctica clínica se ha vuelto cada vez más popular para aumentar la cantidad de actividad física y superar algunas de sus quejas sobre los programas de ejercicio. La variedad de sistemas de RV no inmersivos desarrollados por la industria del entretenimiento para uso doméstico ha hecho que esta tecnología sea menos costosa y más accesible utilizándose para mejorar la movilidad, el equilibrio y la velocidad de marcha en varias poblaciones. Objetivo. El objetivo principal de esta investigación es cómo afecta un programa de ejercicios basado en realidad virtual no inmersiva y administrado intradiálisis a la capacidad funcional, el nivel de actividad física, la calidad de vida relacionada con la salud, la fuerza muscular y la adherencia al ejercicio. Metodología. Un total de 56 pacientes participaron en dos períodos de 12 semanas (control y ejercicio) en un ensayo controlado aleatorio cruzado. La capacidad funcional se evaluó en tres puntos de tiempo (0, 12 y 24 semanas). Las pruebas funcionales que se realizaron incluyeron Short Performance Physical Battery (SPPB) Test (incluida velocidad de la marcha), una prueba de equilibrio monopodal (OLST), la prueba de Timed Up and Go (TUG), las pruebas de Sit to stand to sit (STS) 10 y 60, una prueba para evaluar la fuerza del tríceps sural (OLHR), la dinamometría de mano y la prueba de 6 Minute Walk Test (6MWT). Se realizaron los cuestionarios Physical Activity Scale for Elderly (PASE) y Human Activity Profile (HAP) para evaluar el nivel de actividad dísica y el cuestionario SF-36 para la calidad de vida. La adherencia al programa de ejercicio también fue registrada. Resultados. Un total de 33 pacientes completaron el estudio y los resultados de todas las pruebas funcionales mejoraron después del programa de ejercicio. Al final de las 12 semanas de ejercicio, la función había mejorado, medida a través de la velocidad de la marcha en 4 metros, SPPB, TUG, OLST, STS10, STS60 y 6MWT. Se observó un aumento tanto en la actividad física, como en la calidad de vida relacionada con la salud. Se obtuvieron tasas de adherencia al ejercicio superiores al 70%. Conclusión. Un programa de ejercicios de realidad virtual no inmersivo administrado durante la hemodiálisis mejora la función física, el nivel de actividad, la calidad de vida relacionada con la salud, la fuerza muscular y logra altas tasas de adherencia.

Introduction. Chronic kidney disease is closely related to a high risk of death and disability, poor physical performance, and frailty. Despite the effectiveness reported in previous studies, intradialysis exercise programs have not yet been established as a routine in the clinical setting. Lack of motivation, tiredness after hemodialysis sessions and fear of exercise are some of the reasons for not exercising. The use of virtual reality in clinical practice has become increasingly popular to increase the amount of physical activity and overcome some of the barriers about exercise programs. The variety of non-immersive VR systems developed by the home entertainment industry has made this technology less expensive and more accessible when used to improve mobility, balance and walking speed in various populations. Objective. The main objective of this research is to assess the impact of a non-immersive virtual reality exercise program administered intradialysis on physical functioning, physical activity level, health-related quality of life, muscle strength and adherence to exercise. Methods. A total of 56 individuals participated in two 12-week periods (control and exercise) in a randomized crossover controlled trial. Functional capacity was assessed at three time points (0, 12, and 24 weeks). Functional tests that were performed included the Short Performance Physical Battery Test (SPPB) (including gait speed), one-leg balance test (OLST), the Timed Up and Go test (TUG), the Sit to stand to sit tests (STS) 10 and 60, a test to assess the strength of the triceps surae, hand dynamometry and the 6 Minute Walk Test (6MWT). The Physical Activity Scale for Elderly (PASE) and Human Activity Profile (HAP) questionnaires were conducted to assess the level of physical activity level and the SF-36 questionnaire for heath-related quality of life. Adherence to the exercise program was also recorded. Results. A total of 33 subjects completed the study and the results of all functional tests improved after the exercise program. At the end of 12 weeks of exercise, function had improved, measured by 4-meters gait speed, SPPB, TUG, OLST, STS10, STS60, and 6MWT. An increase was observed in both physical activity level and health-related quality of life. Exercise adherence rates were higher than 70%. Conclusion. A non-immersive virtual reality exercise program administered during hemodialysis improves physical function, activity level, health-related quality of life, muscle strength and achieves high adherence rates.