Bienestar subjetivo y su relación con identidad de género e inteligencia emocional en personas adolescentes y adultas

Abstract

Esta tesis doctoral se plantea con el objetivo de ampliar el conocimiento sobre el bienestar subjetivo en adolescentes y personas adultas. Para ello, se ha profundizado en el análisis y valoración de la relevancia de la identidad de género y la inteligencia emocional en el bienestar subjetivo. En el estudio 1, se pretende conocer la conceptualización de la identidad de género de los y las adolescentes españoles en términos de valencia, deseabilidad y tipicalidad, así como la evaluación de la identidad de género, a través del GRI-JUG-SP15), el cual utiliza tanto atributos positivos como negativos. Los resultados del estudio identifican un ligero cambio en los estereotipos de género en los y las adolescentes españoles, identificando cierta ruptura con la tradicional asociación masculinidad-hombre y feminidad-mujer. Concretamente, se identificó que los atributos positivos estaban relacionados con las dimensiones de masculinidad y feminidad, mientras los negativos se describieron mejor en términos de actividad y pasividad. Esto implicaría que lo negativo no tiene género, no está asociado a lo socialmente vinculado a lo masculino o a lo femenino. Concretamente, los resultados indicaron que los y las adolescentes: a) informaron de un amplio acuerdo en relación a la valencia de los atributos; b) un efecto tanto para el género del/la participante como para el target gender; c) consideraron deseable para las chicas los adjetivos femeninos y masculinos positivos; d) consideraron el conjunto de atributos femeninos como más deseable para chicas. Sin embargo, no consideraron deseable para los chicos los atributos femeninos positivos, ni los chicos consideraron los atributos femeninos como más deseables; e) el set de atributos femeninos fue considerado como más típico en chicas y el set masculino como más típico en chicos, siguiendo los estereotipos tradicionales de género y f) el 50% de los adjetivos fueron atribuidos por chicos y chicas indiscriminadamente, lo cual podría interpretarse como cierta disolución de lo masculino y femenino a la hora de autodefinirse. El estudio 2 por su parte tuvo como objetivo analizar la relación entre bienestar subjetivo, identidad de género e inteligencia emocional. Los resultados indicaron que la inteligencia emocional es mediadora en la relación entre bienestar subjetivo e identidad de género. En general, este estudio puede considerarse como una confirmación de la hipótesis de la androginia. Los atributos positivos, tanto masculinos como femeninos, aumentan la satisfacción con la vida y el afecto positivo y disminuyen el afecto negativo, a través de una mayor claridad y reparación. Se hallaron diferentes modelos de mediación para cada componente de la inteligencia emocional. Parece que mientras que claridad y reparación están positivamente asociadas con el bienestar subjetivo, la atención se asocia negativamente. En cuanto a las implicaciones prácticas de este hallazgo, cabe destacar que los programas para mejorar la inteligencia emocional en adolescentes, deberían tener en cuenta la identidad de género de las personas, fomentando el autoconcepto de género andrógino, así como considerando la relación establecida entre femenino positivo y satisfacción con la vida a través de la atención emocional. El estudio 3 trata de analizar de la identidad de género y la inteligencia emocional en función de la edad, además de la evaluación de la identidad de género en personas adultas. Nuestros resultados identifican que la identidad de género es más positiva con la edad. Los hombres jóvenes mantienen una identidad de género más positiva que las mujeres jóvenes. Además, las mujeres de mediana edad se atribuyen más que los hombres atributos femeninos negativos. La identidad de género ha mostrado más relevancia que el género para predecir la inteligencia emocional en todos los grupos de edad. El género solo fue relevante para la reparación en el grupo de personas de mediana edad. La inteligencia emocional mejora con la edad. La versión española de la medida de identidad de género para adultos (PN-SRI-SP20), se ajusta a un modelo de 4 factores: masculino positivo, femenino positivo, masculino negativo y femenino negativo. Se confirma que mujeres y hombres mantienen una identidad de género tradicional. En resumen, estos estudios resaltan la importancia de la inclusión de los atributos negativos en la conceptualización y evaluación de la identidad de género en adolescentes y adultos. Esto ha permitido identificar cierta ruptura en la tradicional asociación masculinidad-hombre y feminidad-mujer en población adolescente. Se ha hallado el efecto mediador de la inteligencia emocional en la relación entre identidad de género y bienestar subjetivo. Se ha identificado la relevancia de la identidad de género en la promoción del bienestar subjetivo y la inteligencia emocional. Además, se ha confirmado la hipótesis de la androginia en la promoción del bienestar subjetivo. La implicación práctica está encaminada al diseño de programas que promuevan el bienestar subjetivo y la inteligencia emocional.

This dissertation aims to increase knowledge about subjective well-being in adolescents and adults. For this purpose, the influence of gender identity and Emotional Intelligence on subjective well-being has been analyzed. Study 1 analyzes the conceptualization of gender identity in Spanish adolescents in terms of valence, desirability and typicality, as well as the assessment of gender identity. The GRI-JUG-SP15, Spanish version of gender identity, includes both positive and negative attributes. Our results identify a slight change in gender stereotypes in Spanish adolescents. It was found a certain break with the traditional masculinity-man and femininity-woman association. Specifically, it was identified that the positive attributes were related to masculinity and femininity dimensions, while the negative ones were better described in terms of activity and passivity. This would imply that the negative has no gender, that is, it is not associated with the culturally linked to the masculine or feminine. Specifically, the results indicated that a) adolescents reported broad agreement regarding the valence of the attributes; b) an effect was found both for the gender of the participant and for the target gender; c) adolescents considered positive adjectives, feminine and masculine, desirable for girls; d) they considered the set of female attributes as more desirable for girls; they did not contemplate positive feminine attributes desirable for boys, nor did boys consider feminine attributes more desirable; e) the set of female attributes was considered more typical of girls and the male set more typical of boys, following traditional gender stereotypes and f) 50% of the adjectives were attributed by boys and girls indiscriminately, which could be interpreted as a certain dissolution of the masculine and feminine when they are used in self-definition. Study 2, aimed to analyze the relationship between subjective well-being, gender identity and emotional intelligence. The results indicated that emotional intelligence is a mediator in the relationship between subjective well-being and gender identity. In general, this study can be considered as a confirmation of the hypothesis of androgyny. Positive attributes, both male and female, increase life satisfaction and positive affect and decrease negative affect, through greater clarity and repair. Different mediation models were found for each component of emotional intelligence. It seems that clarity and repair are positively associated with subjective well-being, but attention is negatively associated with subjective well-being. Regarding the practical implications of this finding, it should be noted that programs to improve emotional intelligence in adolescents should take into account the gender identity of the people, promoting androgynous self-concept, as well as considering the negative relationship established between positive feminine and life satisfaction through emotional attention. Study 3 analyzed gender identity and emotional intelligence in different age groups, as well as the evaluation of gender identity in adults. Our results showed that gender identity become more positive with age. Young men maintain a more positive gender identity than young women. Furthermore, middle-aged women attribute negative feminine attributes to themselves more than men. Gender identity showed more relevance than gender in predicting emotional intelligence in different age groups. Gender was only relevant for repair in the middle-aged group. Emotional intelligence improves with age. The Spanish version of the gender identity measure for adults (PN-SRI-SP20), fits a 4-factor model: positive male, positive female, negative male, and negative female. It was confirmed that women and men maintain a traditional gender identity. In summary, these studies highlight the importance of including negative attributes in the conceptualization and evaluation of gender identity in adolescents and adults. This has made it possible to identify a certain break in the traditional masculinity-man and femininity-woman association in the adolescent population. The mediational effect of emotional intelligence has been found in the relationship between gender identity and subjective well-being. The relevance of gender identity in promoting subjective well-being and emotional intelligence has been identified. In addition, the androgyny hypothesis in promoting subjective well-being has been confirmed. The practical involvement is aimed at designing programs that promote subjective well-being and emotional intelligence.