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Título: Los ángeles no sueñan
Fecha de publicación: 2020
Editorial: Universidad de Murcia, Servicio de Publicaciones
Cita bibliográfica: El Azufre Rojo, N. 8 (2020)
ISSN: 2341-1678
2341-1368
Materias relacionadas: CDU::9 - Geografía e historia::93 - Historia. Ciencias auxiliares de la historia. Archivista. Numismática. Paleografía. Diplomática
Palabras clave: Ángel
Palabra
Ciencia de las letras
Sufismo
Corán
Lenguaje de los pájaros
Funciones angélicas
Ser humano perfecto
Angel
Word
Science of letters
Sufism
Koran
Language of birds
Angelic functions
Perfect human being
Resumen: Ante un mundo «desangelado» como es el nuestro, cobran especial importancia las visiones no sólo espirituales, como puedan ser el cristianismo o el islam, sino también psicológicas, como la psicología junguiana, que tratan de restituir la sacralidad del mundo a su justo lugar. Tanto Ibn ʿArabī como Sohravardī son grandes exponentes tradicionales de la dimensión angelical de la existencia, siguiendo los lineamientos instaurados por el Corán de que la creencia en los ángeles constituye un principio irrenunciable de la fe musulmana. El ángel es el mensajero de lo invisible o «hermeneuta del silencio divino». No sólo es portador de la palabra divina, como en el caso de Gabriel anunciándose a María o revelando el Corán a Muhammad, sino que la misma palabra es un ángel que se hace carne cuando hablamos, lo cual entronca de pleno con la ciencia de las letras (ʿilm al-ḥurūf), propia del sufismo, donde cada letra es considerada un ángel. El idioma de los ángeles también es sinónimo del célebre y misterioso «lenguaje de los pájaros», dominado por el profeta Salomón. Este idioma original, este lenguaje de los pájaros, es el que permite, según la tradición bíblica, que Adán asigne nombre a cada cosa y también el que lo lleva a entablar un fructífero diálogo con todo lo que le rodea, ya sea mineral, vegetal o animal. La nostalgia del Edén –escribe el poeta José Ángel Valente– es el deseo de reconstruir ese lenguaje primigenio en la situación de no-dualidad del paraíso, en el que las palabras eran cosas y las cosas palabras. Existen, según el islam, distintas categorías de ángeles, cumpliendo diferentes funciones, desde la Revelación, hasta cuidar de la lluvia, las plantas y otros seres y regir los movimientos planetarios o el desarrollo del feto, etcétera. A pesar de lo anterior, Ibn ʿArabī también nos dice que el ser humano perfecto (al-insān al-kāmil) tiene una posición preponderante sobre los ángeles, puesto que es acreedor de todos los nombres divinos, tanto los de rigor como los de misericordia, mientras que los ángeles tienen un predominio limitado sobre estos nombres. Es por eso que Dios ordena a los ángeles que se postren ante esa criatura paradójica y magnífica que es el ser humano primordial, quien a diferencia de ellos es un ser completo que puede mostrar una aproximación más integral a la naturaleza de la realidad.
In the face of a “dispirited” world such as ours, visions that are not only spiritu-al, such as Christianity or Islam, but also psychological, such as Jungian psychology, which seek to restore the sacredness of the world to its rightful place, take on special importance. Ibn ʿArabī and Sohravardī are both great traditional exponents of the angelic dimension of existence, following the guidelines established by the Koran that belief in angels constitutes an inalienable principle of the Muslim faith. The angel is the messenger of the invisible or “hermeneutist of the divine silence”. Not only is he the bearer of the divine word, as in the case of Gabriel announcing himself to Mary or revealing the Koran to Muhammad, but the word itself is an angel that becomes flesh when we speak, which is fully connected with the science of letters (ʿilm al-ḥurūf), typical of Sufism, where each letter is considered an angel. The language of the angels is also synonymous with the famous and mysterious “language of the birds”, dominated by the prophet Solomon. This original language, this language of the birds, is the one that allows, according to the biblical tradition, Adam to assign a name to each thing and also the one that leads him to enter into a fruitful dialogue with everything that surrounds him, whether mineral, vegetable or animal. “Nostalgia for Eden”, writes the poet José Ángel Valente, “is the desire to reconstruct that primeval language in the non-dual situation of paradise, in which words were things and things were words.” There are, accord-ing to Islam, different categories of angels, fulfilling different functions, from Revelation, to caring for rain, plants and other beings and governing planetary movements or the develop-ment of the foetus, and so on. In spite of the above, Ibn ʿArabī also tells us that the perfect human being (al-insān al-kāmil) has a preponderant position over angels, since he is worthy of all divine names, both those of Rigour and those of Mercy, while angels have a limited pre-dominance over these names. That is why God commands the angels to prostrate themselves before that paradoxical and magnificent creature that is primordial man, who, unlike them, is a complete being who can show a more comprehensive approach to the nature of reality.
Autor/es principal/es: Mora Zahonero, Fernando
Versión del editor: https://revistas.um.es/azufre/article/view/462811/299791
URI: http://hdl.handle.net/10201/101841
DOI: https://doi.org/10.6018/azufre.462811
Tipo de documento: info:eu-repo/semantics/article
Número páginas / Extensión: 16
Derechos: info:eu-repo/semantics/openAccess
Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 España
Aparece en las colecciones:2020, N. 8

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