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http://hdl.handle.net/10201/93781
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Título: | Eje temático 3.- Je (ne) suis personne. Huir del identitarismo para combatir el racismo: el grafiti clandestino del indocumentado Bansky |
Fecha de publicación: | 16-jun-2020 |
Fecha de defensa / creación: | nov-2019 |
Materias relacionadas: | CDU::3 - Ciencias sociales::31 - Demografía. Sociología. Estadística::316 - Sociología. Comunicación |
Palabras clave: | Banksy, , , , , anonimato grafiti migración subjetividad justicia Banksy anonymity graffiti migration subjectivity justice |
Resumen: | RESUMEN
Esta comunicación aborda tres cuestiones. Primero, rastrea parte de la obra del escritor de grafitis Banksy, para analizar su crítica contra la situación de injusticia, indefensión o manifiesta ilegalidad que padecen multitud de personas migrantes y en busca de asilo. Cobra especial relevancia su Cosette, la protagonista de Los Miserables, en una intervención de 2016 ante la embajada francesa en Londres, denunciando la brutalidad policial en el campo de «refugiados» de Calais. En 2015, en el mismo lugar ya había dibujado a un símbolo del actual Occidente tecnológico y global, escapando con una bolsa y un ordenador como equipaje. Y dijo: «Se nos hace creer que la migración es una carga para los recursos de un país, pero Steve Jobs era el hijo de un migrante sirio». También destaca «No todos estamos en el mismo barco», adaptación del famoso cuadro del naufragio de La balsa de la medusa, mediante la inclusión de un lujoso yate. Y la ilustración de un niño acechado por un buitre, mientras mira con esperanza por un catalejo; o la cesión de los materiales de su parque de atracciones particular, Dismaland, para la construcción de cabañas. Sin olvidar que su compromiso político es muy anterior a la «actual» crisis migratoria, como demuestra su paso, en 2005, por Gaza y el muro de Cisjordania, del que dice que «ha convertido a Palestina en la prisión abierta más grande del mundo». En segundo lugar, indagaremos en la propia figura borrosa de la persona autora de esas obras, en la medida que refleja la crisis del sujeto político tradicional o, más bien, de la subjetividad moderna. Porque su deliberada ocultación puede responder a su deseo de no ser etiquetado en una identidad excluyente. Sin negar la ambivalencia de ese recurso, plantearemos si esa forma de manifestación artística ―sin marcar con un nombre la creación, que no es en absoluto novedosa, reconozcámoslo― puede ser enmarcada en una nueva ola de reivindicaciones sociales que no se articula con el concepto de reconocimiento. Más bien, se trataría de una lucha por la justicia basada en el anonimato, tanto de las víctimas como de los activistas. De ahí la tercera cuestión: la reflexión paradójica sobre el lema, mundialmente famoso, de «Je suis Charlie (Hebdo)». Como se sabe, este eslogan fue creado originalmente para mostrar apoyo y solidaridad después del atentado contra la revista satírica francesa. Y muy rápidamente mutó y fue parafraseado como estandarte de múltiples causas diversas. Ahora bien, siempre resultado de una identificación o vínculo de pertenencia previos. En ese sentido, las pintadas furtivas de Banksy podrían representar una forma de decir Yo no soy nadie (en concreto), en la medida que su grito quiere ser una lanza en favor de cualquier persona que sufre, sin privilegiar ninguna clase, nacionalidad, religión, etc. En otras palabras, el carácter desconocido e irreconocible de la persona artista, en tanto que «forastero universal», puede devenir un excelente método de crítica social contra el padecimiento de los extranjeros sin papeles, los apátridas, etc. ABSTRACT This paper addresses three issues. First, it traces part of the work of the graffiti artist Banksy to analyze his criticism of the situation of injustice, defenselessness or evident illegality faced by many migrants and asylum seekers. It is particularly interesting his Cosette, the protagonist of Les Miserables, in a 2016 intervention in front of the French embassy in London, denouncing police brutality in the «refugee camp» in Calais. By 2015, in the same place he had already drawn a symbol of the current, technological and global West, escaping with a bag and a computer as luggage. He said: «We’re often led to believe migration is a drain on the country’s resources but Steve Jobs was the son of a Syrian migrant.» It is also noteworthy «We’re not all in the same boat», an adaptation of the famous shipwreck’s painting The Raft of the Medusa, by the inclusion of a luxurious yacht. And the illustration of a child stalked by a vulture, while he is hopefully looking through a spyglass; or the donation of the materials from his particular amusement park, Dismaland, for the construction of huts. We also don’t forget that his political commitment predates the «current» migratory crisis, as it is demonstrated by his stay in Gaza and the West Bank wall in 2005, of which he says «it essentially turns Palestine into the world’s largest open prison.» Secondly, we will inquire into the very same blurred figure of the author of these works, insofar as it reflects the crisis of the traditional political subject or, rather, of modern subjectivity. Because his deliberate concealment may respond to his desire not to be labeled with an excluding identity. Without denying the ambivalence of this resource, we will consider whether this form of artistic manifestation ―without marking the creation with a name, something that it is not new at all, let’s acknowledge it― can be framed in a new wave of social demands that is not articulated wi th the concept of recognition. It would rather be a struggle for justice based on anonymity, both of victims as of activists. Hence the third issue: the paradoxical reflection on the world famous motto «Je suis Charlie (Hebdo)». As it is known, this slogan was originally created to show support and solidarity after the attack on the French satirical magazine. And it very quickly mutated and was paraphrased as a banner for many different causes. However, it always was a result from a previous identification or a bond of belonging. In that sense, Banksy’s furtive graffiti could represent a way of saying I am nobody (in particular), insofar as he wants to stick up for any person who suffers, without privileging any class, nationality, religion, etc. In other words, the unknown and unrecognizable character of the artist, as a «universal stranger», can become an excellent method of social criticism against the suffering of undocumented foreigners, stateless people, etc. |
Autor/es principal/es: | Oliver, Miquel C. Santamaría Binimelis, Alicia |
Facultad/Departamentos/Servicios: | Universidad de Murcia |
Forma parte de: | Congreso Internacional Arte y Políticas de Identidad |
URI: | http://hdl.handle.net/10201/93781 |
Tipo de documento: | info:eu-repo/semantics/other |
Número páginas / Extensión: | 2 |
Derechos: | info:eu-repo/semantics/openAccess Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International |
Aparece en las colecciones: | Congreso Internacional Arte y Políticas de Identidad |
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JE NE SUIS PERSONNE, HUIR DEL IDENTITARISMO PARA COMBATIR EL RACISMO....pdf | 125,6 kB | Adobe PDF | Visualizar/Abrir |
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