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Revista de estudios filológicos
Nº34 Enero 2018 - ISSN 1577-6921
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peri-biblion

LOS MECANISMOS DE ATENUACIÓN DE LA MODALIDAD EMPLEADOS POR JOSÉ CELESTINO MUTIS

Juan Manuel Pedroviejo Esteruelas

(IES Marqués de Villena de Marcilla. Navarra)

Fecha de recepción: 10-8-2017 / Fecha de aceptación: 15-12-2017

 

RESUMEN

Se parte de la idea de que los textos históricos pueden ser estudiados desde el análisis del discurso. Se intentará descubrir e interpretar el uso de las herramientas de atenuación de las modalidades presentes en la obra principal de un científico español de finales del siglo XVIII que encontró en los valles de Nueva Granada un lugar ideal para la explotación de la quina.

Este científico se llama José Celestino Mutis y su obra se titula El arcano de la quina que es un estudio científico en donde el autor intenta convencer al lector de la validez de sus ideas y la invalidez de otras y para ello utiliza una serie de elementos lingüísticos que enervan sus afirmaciones y sus prescripciones.

La metodología empleada es ecléctica porque, a partir del examen cuantitativo de los elementos atenuadores, se comenta de forma cualitativa la técnica argumentativa de atenuar la modalidad de lo dicho, pues, ambas perspectivas son necesarias para el estudio de la variación lingüística en el análisis de las tradiciones discursivas.

Considerando este texto como argumentativo, porque posee las categoría fundamentales de estos, tesis y argumentos, se hace un repaso rápido a la gramática argumental formulada por Lo Cascio (1998) que es, sin duda, el punto de partida de este trabajo.

PALABRAS CLAVE

Análisis histórico del discurso; atenuación; gramática de la argumentación; historia de la lengua; textos científicos coloniales

 

          ABSTRACT

It starts from the idea that the historical texts can be studied from the discourse analysis. It will try to discover and interpret the use of the attenuation tools of the modalities present in the main work of a Spanish scientist of the late eighteenth century who found in the valleys of Nueva Granada an ideal place for the exploitation of the quina.

This scientist is called José Celestino Mutis and his work is entitled The arcano de la quina which is a scientific study where the author tries to convince the reader of the validity of his ideas and the invalidity of others and for this he uses a series of linguistic elements which enervate their claims and prescriptions.

The methodology used is eclectic because, based on the quantitative examination of the attenuating elements, the argumentative technique of attenuating the modality of what is said is qualitatively discussed, since both perspectives are necessary for the study of the linguistic variation in the analysis of the discursive traditions.

Considering this text as an argumentative, because it possesses the fundamental categories of these, theses and arguments, a quick review is made of the argumentative grammar formulated by Lo Cascio (1998), which is indubitably the starting point of this work.

KEYWORDS

Historical discourse analysis; Attenuation; Grammar of argumentation; History of language; Colonial scientific texts

 

Introducción

Este artículo trata de descubrir e interpretar los mecanismos que atenúan la modalidad de la obra principal de José Celestino Mutis El arcano de la quina, una obra científica de finales del siglo XVIII. Para ello, parto de la idea formulada por Schlieben-Lange (1987 [1975]: 141) quien afirmó que «el sentido pragmático de una clase de texto solo puede evidenciarlo el análisis histórico particular». Precisaré, por tanto, de los fundamentos del análisis histórico del discurso, subdisciplina que estudia desde una perspectiva diacrónica los hechos discursivos no contemporáneos.

Efectivamente, el estudio histórico del discurso está plenamente justificado porque el término discurso es producto de la práctica comunicativa de un grupo particular de hablantes (Taavitsainen, 2002, p. 201) y, dado que las comunidades humanas cambian y evolucionan de acuerdo con determinados motivos demográficos, históricos, culturales, etc., es lógico pensar que también esas prácticas comunicativas se modifican, pudiendo ocasionar cambios en la estructuras de la lenguas. Igualmente, cada vez son más abundantes los estudios históricos de diferentes áreas de la lingüística como la fonética, morfología, sintaxis e incluso de la semántica y pragmática. Entonces, ¿por qué no realizar también uno de herramientas argumentativas como los atenuantes? Además, esta idea se refuerza cuando tenemos en consideración que en nuestra lengua escasean los estudios de los discursos históricos desde la perspectiva de la gramática de la argumentación.

En este sentido, para el estudio de textos de siglos anteriores es necesario considerar el contexto, esto es, aspectos históricos, ideológicos, sociales y textuales que condicionaron el proceso de escritura de los mismos, así como los aspectos propiamente textuales (modalización, estructura enunciativa, deixis, etc.) (Taavitsainen & Fitzmaurice, 2007, p 22). Por lógica, el enfoque del análisis histórico del discurso es obligatoriamente interdisciplinario (Brinton 2001, p. 152, Taavitsainen & Fitzmaurice, 2007, p 23-25). No hay que olvidar tampoco que otro aspecto contextual de los textos históricos son los destinatarios, los escenarios físicos y sociales de la producción del texto y su finalidad (Jacobs & Jucker, 1995, p. 11).

 

Contextualización

El autor del Arcano de la quina fue el intelectual de origen español José Celestino Mutis y Bosio (Cádiz, 6 de abril de 1732–Bogotá, 11 de septiembre de 1808). Sacerdote, botánico, geógrafo, matemático, médico y docente de la Universidad del Rosario, en Santa Fe de Bogotá, universidad en la cual actualmente reposan sus restos. El título de esa obra, El arcano de la quina, resulta, sin duda, atrayente para un tratado científico. Sin embargo, cuando uno se adentra en su lectura comprende que en este tratado de botánica y de medicina su autor, además de exponer sus conocimientos, desautoriza el de otros, y que la gran abundancia de recursos argumentativos que contiene El Arcano de la Quina es motivo suficiente para dar comienzo a un estudio desde el punto de vista del análisis del discurso de la argumentación.

El arcano de la quina contiene la primera edición de todos los artículos de Mutis, recopilados de manera póstuma, una tarea de la que se encargó Manuel Hernández de Gregorio, quien lo publicó en 1828 en Madrid. La obra puede consultarse digitalizada en dos portales electrónicos: en el repositorio digital de la Biblioteca Luis Ángel Arango, dentro del portal del Banco de la República (Bogotá, Colombia) (www.banrepcultural.org/blaavirtual/hemeroteca-digital-historica/papelperiodico-santafe), y en el portal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Madrid, España) (http://bibdigital.rjb.csic.es/spa/Libro.php?Libro=207)[1].

Para situar la naturaleza discursiva del Arcano de la Quina es preciso anotar una obra publicada primeramente por entregas semanales desde el 10 de mayo de 1793 al 9 de febrero de 1794 en el Papel periódico de Santafé de Bogotá a lo largo de 39 semanas. Treinta y cuatro años después, como ya se ha comentado, fueron compiladas por Manuel Hernández de Gregorio en 1828 en un libro que tiene las siguientes partes: un prólogo, la obra original de Mutis y un apéndice. El prólogo fue escrito por el propio Hernández de Gregorio y contiene un artículo necrológico de Mutis escrito por Francisco José de Caldas y publicado en hoja suelta del número 37 del Semanario del Nuevo Reino de Granada en 1808 (Bateman, 1968, p. 1-16). Por otro lado, el apéndice es en verdad el trabajo de investigación de Gutiérrez Hernández:

El arcano de la quina como texto argumentativo

Dejemos para los botánicos, médicos y científicos en general el comentario del contenido botánico y quinístico de la obra de Mutis. En otra ocasión se abordará el análisis textual y discursivo completo del Arcano de la quina. Ahora, como lingüistas, nos interesan los mecanismos que el autor utiliza para atenuar sus opiniones y prescripciones a la hora de preparar la receta curativa de la quina, es decir, se va explicar únicamente los atenuantes que afectan a las modalidades asertiva y prescriptiva.

En primer lugar, recurro a Vendryes (1967 citado en Arce, 1999, p. 37) quien dijo que «la expresión de una idea jamás está exenta de un matiz de sentimiento». Es decir, cuando el emisor trata de mostrar al interlocutor su punto de vista y su afectividad, utiliza unas técnicas que permiten al receptor captar sus propósitos. Esto se debe a que la comunicación no es sólo un proceso de codificación, sino también un proceso de ostensión. Por ende, hay que considerar a la atenuación y, en consecuencia, la intensificación como categorías pragmáticas porque son estrategias comunicativas que son usadas para la eficacia comunicativa. También es muy importante el hecho de que la atenuación y la intensificación son procesos interactivos que funcionan como operadores de atenuación e intensificación solo en determinados contextos, es decir, por ejemplo, un operador de atenuación en un determinado contexto puede no serlo en otro (Meyer, 1988, p. 281).

Haverkate (1984, p. 40) utilizó el término de estrategia lingüística para referirse a los procedimientos lingüísticos que aseguran el éxito de los actos de habla. Las estrategias de atenuación y de refuerzo son empleadas cuando el emisor tiene o pretende tener poder sobre el oyente. Asimismo, se tiene en cuenta la idea de que el objetivo de la atenuación e intensificación es obtener efectos perlocutivos: conseguir que el receptor se alinee con el emisor o intensificar el conflicto con el receptor (Bazzanella et al., 1991, p. 68-69).

Además se considera importante el principio formulado por Portolés (1998, p. 88), el cual se basa en la teoría de la argumentación desarrollada por Anscombre & Ducrot (1983/1994), que dice  que «[s]on los propios elementos lingüísticos, y no los hechos que pudieran representar, los que encaminan la argumentación. No se argumenta CON la lengua –con lo que la lengua representa–, sino EN la lengua –con lo que la lengua dice­–».

En segundo lugar, sigo a Lo Cascio (1998) porque su Gramática de la argumentación conjuga aspectos de distintas teorías de la argumentación. Resumiendo mucho, de Toulmin (1958) toma prestadas las categorías, de Perelman & Olbretch-Tyteca (1989) los tiempos de la argumentación, de Van Eemeren & Grootendorst (2004/2011) los condicionamientos extratextuales y de Anscombre & Ducrot (1983/1994), recoge fundamentalmente dos ideas: el principio inmanente del discurso argumentativo, en cuanto que plantea describir el significado de las unidades en términos puramente lingüísticos, y la idea de que la función argumentativa de los enunciados está determinada por su estructura lingüística.

Cuando Lo Cascio examina la estructura lingüística de la argumentación y su organización semántica y sintáctica, expone los componentes, categorías y funciones que hacen posible una tipología de los modelos argumentativos así como la formulación de un conjunto de reglas a través de las cuales se organizan los componentes de la argumentación. Señala los tres elementos fundamentales que intervienen siempre en la argumentación: el argumento o dato, la regla general y la tesis, opinión o conclusión, los cuales pueden estar presentes de forma explícita o de forma implícita (Lo Cascio, 1998, p. 136). Además, el autor italiano diferencia ocho categorías de la argumentación (Lo Cascio, 1998, p. 123): (1) Tesis, conclusión u opinión (T); (2)  argumentos (A); (3) regla general (RG); (4) fuente (F); (5) calificadores (C); (6) reserva (R); (7) refuerzo (REF); y (8) alternativa o contraopinión (ALT).

De este modo, atendiendo al predominio de los elementos en las secuencias discursivas existentes en El arcano de la quina, estas se pueden dividir en secuencias de tesis u opiniones, de datos o argumentos y de prescripciones, cuyos elementos atenuadores serán analizados.

Atenuantes

Los mecanismos de atenuación actúan compensando un mensaje que se cree que supondrá un coste para el que lo recibe: evaluar negativamente un trabajo o un aspecto personal, pedir algo que suponga un esfuerzo, corregir, contrariar, dar una mala noticia, prohibir, etc. (Briz, 2008, p. 188). Esto es, la intención del autor es mostrarse amable, modesto y cortés. En consecuencia, estos recursos se sitúan dentro de la cortesía negativa, puesto que tanto la atenuación como la intensificación derivan de la negociación por el acuerdo presente en la actividad comunicativa.

Meyer (1988, p. 283) definió la atenuación como «un procedimiento interactivo en el cual los interactantes manifiestan por medio de operadores de atenuación que quieren asumir y/o establecer con respecto a una proposición p un grado de intensidad que en comparación con un grado de intensidad obligativa, que se ha establecido en el contexto anterior por medio de un(os) operador(es) concreto(s), operando sobre p o/y en relación al nivel del grado de intensidad obligativa establecido a través del y para el contexto interacional, será interpretado relativamente bajo».

 Anscombre & Ducrot (1983/1994, p. 265-272) denominan a los atenuantes modificadores desrealizantes y tienen como función la de disminuir la fuerza argumentativa de una palabra. Además, la atenuación puede tener más repercusiones porque la atenuación, al igual que la intensificación, afecta al contenido proposicional y a la modalidad, puesto que sus procedimientos son pragmáticos, a pesar de que Briz (1995) diferenciara entre atenuación semántica y atenuación pragmática[2]. La primera influye, en principio, sobre el nivel del enunciado. La segunda atenúa el nivel de la enunciación: el decir y la fuerza ilocotuva de un acto o de los participantes de la enunciación y, por ende, la atenuación se sitúa en el nivel extraproposicional[3].

Procedimientos de atenuación de la modalidad

Lo primero es recordar qué es la modalidad. Para ello voy a partir de la definición de la RAE, la cual considera que «[s]e llama modalidad a la expresión de la actitud del hablante en relación con el contenido del mensaje» (RAE/ASALE, 2010, p. 18). Sin embargo, continúo con Otaloa (1988) quien, basándose en García Calvo que relacionó las funciones del lenguaje (expresiva, impresiva, lógica y estética) con las formas lingüísticas del enunciado (declarativa, pregunta y mandato), estableció tres tipos de modalidades para cada enunciado: declarativa, imperativa e interrogativa. En nuestro artículo los atenuantes de la modalidad de los enunciados del corpus afectan fundamentalmente a las aserciones y mandatos, los cuales pueden ser mitigados por los siguientes mecanismos:

A.   Mecanismos para atenuar aserciones

Con los mecanismos de atenuación asertiva, el autor elude su responsabilidad ante lo dicho. Los más importantes son: los modalizadores, perífrasis de infinitivo modales, oraciones con verbo en futuro, algunas oraciones condicionales, algunas causales y concesivas, las despersonalizaciones, algunas oraciones copulativas y las llamadas fuentes:

A.1. Los modalizadores son las expresiones de aserciones en forma de duda o probabilidad mediante adverbios, perífrasis verbales, principalmente. Vienen a coincidir con los calificadores de carácter epistémico, porque atenúan lo dicho. Los encontrados en el corpus son los adverbios tal vez, más bien, probablemente, por si acaso y seguramente; las construcciones al parecer y según preveo; y algunas perífrasis verbales:

Tal vez: Fuentes (2009, p. 330) lo considera como atenuante de lo dicho. Presenta una bajada de la intensidad de la fuerza ilocutiva y, por tanto, minimiza la aserción. También puede ser considerado por estos motivos como elemento de cortesía. Lo emplea para expresar la creencia o posibilidad de algo. Aparece en 18 ocasiones. En el siguiente ejemplo, tal vez relativiza la afirmación ya que la pérdida de los documentos de Konig provocará que el resto de los científicos desconozca posiblemente otra especie de quina:

         Tenemos también anunciada entre los Botánicos otra especie de Quina de las Indias Orientales por el cé­lebre viagero Konig, cuya irreparable pérdida nos dejará tal vez desconocido por largo tiempo este precio­so árbol, á quien atribuye el origen de la tierra ja­pónica […] (I, cap. V, p. 14-15)[4].

En este otro caso, el adverbio «aun», que precede al calificador epistémico «tal vez», tiene la función de ponderar su valor de duda:

         Si todas las anunciadas, y las que puedan ir re­sultando de tales principios llegaran á introducirse y prevalecer en el comercio por alguna temporada en fuerza de los elogios del eminente amargo, que es otra regla engañosa con que pretenden substituirla á la ofi­cinal; y aun tal vez por el especioso título de su mas fácil exportación para que á precio mas cómodo puedan comprarla los infelices enfermos de la Europa Septentrio­nal, donde mas resuenan estos justísimos clamores, como espresamente lo persuade el célebre Botánico Jacquin; aca­baría de trastornar este golpe los mejores reglamentos para el surtimiento universal de las Quinas legítimas. (I, cap. V, p. 13-14).

Más bien es una locución que, aunque sus elementos por sí mismos son intensificadores, mitiga la aserción del enunciado. Es usado en 13 ocasiones:

         Si allá se consume todavía mezclándola en los cocimientos de los leños; mas bien proviene esta práctica de la costum­bre de no apartarse de las antiguas fórmulas, que del concepto y .estimación que se tenga de sus virtudes. (II, cap. X, p. 110).

Probablemente es un operador que indica un grado cercano a la realización del hecho verbal. Aparece en total 5 veces. Es destacable que en 4 de ellas aparece en la apódosis de las oraciones condicionales irreales, actuando como atenuante de ella.

         Si las hojas de las Quinas no se dieran á conocer desde lejos por el especial carácter de su color rojizo cuando están maduras, probablemente no hubiera logrado la humanidad hasta estos últimos tiempos las cuatro especies oficinales, siendo sus cortezas tan parecidas. (II, cap. VII, p. 78).

Por si acaso equivale a «por si ocurre la posibilidad» (Fuentes, 2009, p. 276). El adverbio acaso precedido por el nexo por si atenúa valor causal y condicional de la apódosis[5].  Es usado en 1 ocasión:

         Han pa­sado sus muestras á Europa en diversas temporadas por si acaso lograba su turno de preferencia; pero siempre ha sufrido la repulsa en el tráfico á pesar de su es­celente amargo, y de las demás propiedades que la ha­rán igualmente recomendable en la medicina luego que se adviertan sus saludables y sobresalientes propiedades. (I, cap. VIII, p. 29).

Seguramente tiene un valor reforzador muy débil en comparación con su análogo con seguridad, con lo que conviene considerarlo como atenuante. Fuentes (2009, p. 311) lo considera también como un operador que atenúa la aserción porque presenta lo dicho sin afirmarlo por entero, como probable o dicho por otros. Es usado 1 vez:

         También es común á to­das las especies las grietas transversales, que  seguramen­te caracterizan á todas las Quinas en su cara esterior de un modo tan señalado que no pueden equivocarse con cuantas cortezas producen los demás árboles. (II, cap. II, p.42).

La fórmula sea lo que fuere manifiesta una actitud de Mutis ante el contenido del enunciado a modo de conclusión y atenúa su grado de confirmación. Siempre está en posición inicial del enunciado. Aparece en 3 ocasiones:

         Sea lo que fuere, lo que positivamente consta de todas estas revoluciones, se reduce á poder afirmar que la humanidad ganaba por una parte, al mismo paso que perdia por otra. (II, cap. V, p. 69).

Al parecer es usado 1 vez y mitiga la aserción de la oración copulativa:

         Estas y otras proposi­ciones, que al parecer son paradoxas sistemáticas, se com­prehenderán fácilmente esperimentadas y bien compro­badas las virtudes eminentes que caracterizan y. que re­siden en las cuatro Quinas oficinales. (II, cap. I, p. 41).

Según preveo es una fórmula que neutraliza el grado rotundidad de la afirmación. No obstante, su grado de atenuación es menor que si usara la 1.ª persona del plural (según prevemos).  Aparece 1 vez:

         Lo mismo estará sucediendo para que sufra la hu­manidad por otra temporada según preveo por los aco­pios de Barinas; cuya Corteza, si fuese del árbol que reconocí por esqueleto en el año de 74, ó de seme­jantes Cortezas á las remitidas de oficio en 78 y 88 desde luego aseguro que aunque sea remedio muy re­comendable en la Medicina, dista mucho de ser Qui­na legítima, y probablemente destituida de las precio­sas y peculiares virtudes que caracterizan á todas las especies oficinales del género Chichona. (I, cap. V, p. 12-13).

A.2. Las perífrasis verbales

Las perífrasis verbales están compuestas por un verbo auxiliar y un verbo auxiliado (o principal). Los auxiliares indican la flexión verbal y, a veces, datos relacionados con el modo de acción y los auxiliados, que aparecen en forma no personal, selecciona los argumentos y establece relación con los adjuntos. Esto es, desde un punto de vista argumentativo, los auxiliares señalan mitigan la modalidad asertiva del enunciado. Por ejemplo, la afirmación del enunciado (a) pese menos credibilidad que la de (b) porque el verbo auxiliar «podrá» y resta certeza al enunciado:

a) El tiempo podrá mejorar en los próximos días.

b) El tiempo mejorará.

Las perífrasis verbales más recurrentes son las siguientes:

La perífrasis verbal de infinitivo más utilizada es la modal formada por el verbo poder + infinitivo. Es importante reseñar que su valor mitigador se ve incrementado por otros elementos: el tiempo y modo verbal (imperfecto, futuro, condicional, subjuntivo), el uso de nosotros, su aparición en pasivas reflejas, etc.:

1.ª persona del plural:

         Nada podemos asegurar acerca de la legitimidad de esta nue­va especie; pero si valen las conjeturas debemos sos­pechar que se haya reducido al género Cinchona con la misma equivocación que las anteriores […]. (I, cap. V, p. 16).

Imperfecto de indicativo:

         […] ignorado el número de cuatro especies legítimamente oficinales, en quienes residen virtudes eminentes, de su propia esfera, y el de tres especies de menor efi­cacia en el uso vulgar á que se destinan las oficina­les: ignorados absolutamente estos esencialísimos y pre­vios conocimientos, á nadie podía ocurrirle el pensa­miento de investigar la distinción de virtudes en cada especie. (I, cap. VI, p. 18).

Futuro de indicativo:

         A los gloriosos trabajos y mereci­dos elogios que dignamente le han grangeado la estimación del pú­blico, y la confianza del Rey, cuya soberana inmediación es el mayor premio de sus tareas, lejos de oponerse estas reflexiones, po­dran contribuir tal vez á simplificar aquel método. (II, cap. VIII, p. 92).

Condicional:

         Reflexionando que origen podría tener esta preocupación pa­rece muy verosímil la siguiente congetura, que aventuramos, por lo que valiere. (II, cap. VI ,73).

El modo subjuntivo:

         Semejantemente negaremos qué la eficacia de esta es­pecie pueda competir con las virtudes sobresalientes de la roja en las calenturas malignas, gangrenas, supuracio­nes y viruelas. (II, cap. VI, p. 75).

Pasivas reflejas:

         A imitación de este sencillo procedimiento se pue­den mejorar mucho en Europa estas operaciones, fabri­cando la cerbeza en toneles, y conservándola en bote­llas bien tapadas. (II, cap.  IX, p. 104).

La perífrasis verbal de infinitivo debe (de) + infinitvo, que tiene un valor hipotítico o de aproximación, adquiere valor epistémico en al menos 4 ocasiones. El tiempo de ellas son el imperfecto, el condicional y el pretérito perfecto simple:

         Así se ha perpetuado este comercio, acopiando en Amé­rica las partidas según las instrucciones y muestras re­mitidas de Europa, variadas á cada paso según las preo­cupaciones dominantes que debia producir este tráfico tu­multuario. (I, cap. VII, p. 20).

         Si así no obra el antídoto, á lo menos así lo han pen­ sado insignes prácticos; y se debería preferir esta opinión mientras no se proponga otra que nos haga mayor fuer­za auxilio en muchas otras enfermedades, en que tuvo por pecado mé­dico su administración á los pacientes. (II, cap. IV, p. 54).

         De tal origen debieron dimanar las dudas de si­glo y medio; debieron resultar las alternadas preferen­cias en las remesas; y finalmente resultarán las pésimas equivocaciones de introducir por Quina en el comercio la llamada de Guayana […]. (I, cap. IV, p. 9-10).

A.3. Algunas oraciones con verbos en futuro puesto que este tiempo pueden suavizar la fuerza asertiva cuando transmite la idea de suposición o conjetura[6]. En el ejemplo siguiente el tiempo futuro del verbo atenúa la afirmación y le da un sentido de duda que se refuerza además con tal vez:

         Descubrimos en ella por sus peculiares virtudes otro Don de la Providencia para la humanidad, á cuyo bien se ha resistido el capricho del comercio, y la inadvertencia de los profesores gober­nados por el diverso aspecto que presentan su fractu­ra y polvo. Habrá tal vez contribuido su amargo acer­bo para que siempre haya sido desechada en cuantas tentativas se hicieron á cara descubierta, con el inten­to de propagar el uso de esta especie oficinal en Eu­ropa. (II, cap. VII, p. 79).

         Lo mismo estará sucediendo para que sufra la hu­manidad por otra temporada según preveo por los aco­pios de Barinas; cuya Corteza, si fuese del árbol que reconocí por esqueleto en el año de 74, ó de seme­jantes Cortezas á las remitidas de oficio en 78 y 88 […]. (I, cap. V, p. 12-13).

A.4. Algunas oraciones condicionales: Existen oraciones condicionales que reducen la responsabilidad hacia la verdad de lo dicho. En el primer ejemplo la prótasis atenúa el mandato de la apódosis y en el segundo ejemplo la condicional atenúa a toda la tesis:

         En tales circunstancias, y precediendo las cautelas prácticas, múdese de especie, si está indicado el remedio, y se observará que lo admite bien el pa­ladar del enfermo, la sufre su estómago y se recobra la naturaleza, manifestando en los buenos efectos prontamente obrados, y en su fácil y segura convalecen­cia, que á una determinada especie de Quina debe el enfermo su salud que hubiera peligrado con otra (I, cap. X, p. 34-35).

         De tal origen debieron dimanar las dudas de si­glo y medio; debieron resultar las alternadas preferen­cias en las remesas; y finalmente resultarán las pésimas equivocaciones de introducir por Quina en el comercio la llamada de Guayana, si fuere la misma que de ofi­cio se me ha remitido dos veces para su reconocimien­to […]. (I, cap. IV, p. 9).

Se puede dar otro caso en que una expresión desiderativa venga atenuada por la prótasis Si por fortuna:

         Si por fortuna fuesen tan verdaderos y ventajosos al progreso dé la medicina y beneficio de los hombres, como pensamos, ¡felices los momentos empleados en ayudar á los desvelos de nuestros comprofesores! ¡feliz humanidad socorrida en nuestro siglo por el patriotismo de profesores beneméritos; desterrados los resabios del espíritu de contradicción que reinaba en los siglos anteriores! (I, cap. 0, p. 2).

A.5. Causales y concesivas: Las justificaciones también pueden funcionar como atenuantes de la enunciación. Las explicaciones pueden desarrollarse por estructuras causales o concesivas:

a. Estructuras causales:

         No recelemos confesar, pues á ello nos obligan las esperiencias de siglo y medio, la escasez de nuestros conocimientos anteriores en un punto […] (I, cap. III, p. 5).

         Habiendo pues llegado la ocasión de publicar mis particulares descubrimientos sobre Quinas; manifes­taré los conocimientos adquiridos en mi larga mansión en esta parte de América […]. (I, cap. VI, p. 16).

Los motivos también pueden atenuarse. De hecho, la locución adverbial por si acaso se ha lexicalizado y semánticamente expresa una causa relativa a una contingencia[7]. En el siguiente caso el carácter hipotético de la causa se refuerza por el adverbio acaso y en su conjunto atenúan la afirmación del discurso. Es empleada en 1 ocasión:

         Han pa­sado sus muestras á Europa en diversas temporadas por si acaso lograba su turno de preferencia; pero siempre ha sufrido la repulsa en el tráfico á pesar de su es­celente amargo, y de las demás propiedades que la ha­rán igualmente recomendable en la medicina luego que se adviertan sus saludables y sobresalientes propiedades. (I, cap. VIII, p. 29).

b. Estructuras concesivas: Tienen un claro valor atenuante si el verbo está en presente de subjuntivo:

         Aunque sea imposible penetrar los admirables de­signios del Autor Omnipotente, pueden rastrearse algu­nos de los que miran á nuestra utilidad y propio bien; siéndoles permitido y ordenado á los mortales intentar con sobriedad todas las esploraciones dirigidas al buen uso de las cosas criadas. (II, cap. I, p. 38).

A.6. Despersonalizaciones: Las despersonalizaciones evitan la referencia directa del propio autor como origen de una opinión, juicio o mandato. Además, la propia despersonalización puede servir para orientar en el sentido  argumentativo[8]. De hecho, es un recurso muy habitual en El arcano de la quina y se manifiesta mediante el uso de la 1.ª persona del plural, oraciones impersonales y pasivas reflejas:

a. 1.ª persona del plural: Este atenuante se manifiesta por medio de morfemas verbales y pronombres personales. Tiene los siguientes valores:

          - Mitigar la opinión del propio Mutis:

         Preveemos que podrán algunos prácticos incli­narse todavía al uso del remedio en toda su substancia, conformándose sanamente con nuestras reflexiones sobre la elección de las cuatro, especies, escluyendo las rela­tivas á nuestra preparación (II, cap. IX, p. 106).

         Conjeturamos pues que los indios hicieron mejor uso de la Quina; y que la debilidad de los hombres en graduar de bárbaras las invenciones de los pueblos destituidos de la cultura de nuestros tiempos con el espe­cioso pretesto de mejorarlas, suele ponerlas en peor es­tado.  (II, cap. X, p. 122).

          - Aludir a la comunidad científica de la que es miembro para evitar responsabilidades de forma directa:

         Tenemos también anunciada entre los Botánicos otra especie de Quina de las Indias Orientales por el cé­lebre viagero Konig, cuya irreparable pérdida nos de­jará tal vez desconocido por largo tiempo este precioso árbol […] (I, cap. V, p. 15-16).

         […] cuyo uso per­feccionado en lo posible salvará la vida de los pacien­tes en mil casos en que no se pueda administrar la Qui­na sin estos conocimientos, lográndose tal vez por es­te medio, hacer mas seguro y mas sencillo el egercicio práctico como lo desean los grandes médicos de nuestro siglo, y lo exige de nosotros el bien de la humanidad. (II, cap. 0, p. 38).

b. Oraciones impersonales: En el discurso argumentativo pueden funcionar como atenuante de aseveraciones como en el siguiente ejemplo:

         Era muy natural en el concepto errado de ser única la especie oficinal, suponer en ella una virtud uni­versal y uniforme con su eficacia respectiva á todas las enfermedades en que se ordena el remedio. Se atri­buía siempre su mayor ó menor actividad á la bon­dad de la Corteza, sin haberse podido descubrir en qué consistía esta bondad. (I, cap. VI, p. 18).

c. Oraciones pasivas reflejas: En el discurso argumentativo tienen la misma función que las oraciones impersonales, esto es, también pueden atenuar una afirmación:

         Así acaba de suceder positivamente. Se intitula Qui­na la corteza de Guayaua; y se desconoce la primitiva, cuya partida conducida por Buenos-Ayres, acopiada en el interior de la provincia de la Paz, recomendada por Quina legítima, hubiera sufrido la suerte de sus com­pañeras, si en la piedra de toque que suele ser su ad­ministración á los enfermos, hubiese intervenido alguna contraria casualidad. (I, cap. IV, p. 10).

En el próximo ejemplo el autor utiliza dos recursos de atenuación: el verbo en 1.ª persona del plural y la pasiva refleja. Con esto consigue evitar responsabilidades sobre lo afirmado:

         En estas regiones, donde carecemos de toneles, y correspondientes auxilios para contener y mantener bien tapadas nuestras Cervezas medicinales, y de bebida ordi­naria; se han suplido las operaciones por los métodos se­mejantes al de hacer las bebidas fermentadas, Chichas y Guarapos en botijas y mucuras, en que difícilmente se detiene la fermentación vinosa. (II, cap. IX, p. 104).

A.7. Las oraciones copulativas con el verbo parecer son otro recurso utilizado como atenuante. En los 2 primeros ejemplos, el verbo parecer atenúa el grado de rotundidad que tendrían las afirmaciones con el verbo ser. Además, la atenuación es mayor cuando es utilizado en el tiempo imperfecto de indicativo. En el 3.er ejemplo, «parece llegado» es un atenuante al verbo ha llegado. En total, lo emplea en 12 ocasiones:

         Parece desde luego tan verosímil esta conjetura, como universalmente bien sabida la historia de las cos­tumbres de estos pueblos barbaros. (II, cap. X, p. 123).

         En tales conflictos parecían agotados los recursos. Iban y venían instrucciones y muestras por los inte­resados en su tráfico, y los encargos de los mas bien in­teresados en el bien de la humanidad. (I, cap. VIII, p. 27).

         Por fortuna parece llegado el tiempo en que los profesores podamos contribuir á sus benéficas intenciones, desvaneciendo las principales dificultades, que no siendo de su esfera, debían entretanto mantenerlo en su invencible irresolución. (I, cap. II, p. 3).

A.8. Las fuentes o citas: Comprenden las expresiones que apelan al juicio de la mayoría, a lo que se suele decir o se da por hecho en el sentido general de una sociedad, personas o autoridades. Se cita, bien para descargar sobre otros la responsabilidad de las premisas o de la verdad de los enunciados, bien porque otros pueden garantizar mejor la verdad, aceptabilidad y validez de los argumentos, debido a su prestigio. Es cierto que cuantas más fuentes necesita citar un hablante en un acto argumentativo, menos creíbles resultan su posición y regla general para justificar su razonamiento. Cuando se cita una fuente se presenta un argumento basado en la autoridad, que puede ser religiosa, del experto, de la masa (como es sabido) u otras más discutibles y manipuladas (como dice mi jefe)[9]. En el siguiente ejemplo, leemos que Mutis delega la responsabilidad de su opinión en «las reglas de la botánicas»:

         La Divina Providencia nos ha franqueado las cuatro Quinas oficinales naranjada, roja, amarilla y blanca; especies realmente distintas según las reglas botánicas, y de virtudes eminentes en la línea, deducidas de la analogía y experiencia. (I, cap. VIII, p. 23).

En este otro, en cambio, aunque se desconoce realmente cuál es la frase de Galeno, cita a uno de los pioneros de la medicina:

         ¿Quién sino alguno de imaginación exaltada en elogios escesivos, y en lu­cimiento de una estravagancia ingeniosa pudiera per­suadirnos con el célebre Hoffman que hasta el elemento terrestre fijo de la Quina, de que se ha­bia hecho poco caso, gozaba de peculiar virtud para envolver la acrimonia de la materia biliosa, y que por consiguiente obraba el específico según la frase de Galeno en toda su substancia? (II, cap. VIII, p. 97).

Las fuentes del Arcano pueden estar introducidas directamente por uno de los siguientes verbos dicendi: publicar (5 veces), referir (4), explicar (4), alegar (4), pensar (4), comunicar (3), asegurar (3), confesar (3), decir (2), anunciar (2), advertir (2), afirmar (1), citar (1), confirmar (1), declamar (1), señalar (1), escribir (1) y proponer (1). No obstante, en otras ocasiones pueden ir precedidos por las conjunciones como y según que funcionan como garantes, si seguimos la terminología de Lo Cascio (1998):

Como: Es habitual que se utilice como un indicador que marca una creencia pasada y generalizada. Se puede construir con una pasiva refleja, cuyo verbo principal es creer que va en pretérito perfecto compuesto y un término valorativo. Esto se debe a que está justificando el error de una creencia pasada:

         Si nos hu­biera dejado esta Corteza con otras pensiones, y pri­vada de la importante propiedad de su conservación y mejoramiento por dilatados años, no siendo cierta­mente género de tan, pronta corrupción, como sin fun­damento se ha creído, no hubiera sido este don tan es­ estimable y precioso (II, cap. VIII, p. 98-99).

Ejemplos que descarguen sobre otros su compromiso de afirmación son los siguientes:

         La compañía de los Forsters halló en las Is­las Tongatabu y Eaoowe del Mar pacífico, cultivados los arbolitos de la Quina Corymbifera, cuya descripción remitió el hijo Forster en el año 75 al caballero Car­los Linneo entre las demás descripciones de su Decada, acompañada de láminas, que omitió publicar la Acade­mia de Upsal por la estrechez del tiempo, como se re­fiere á las páginas 171 y 172 del prologo que ante­cede á esta Decada en el volumen tercero de sus nue­vas actas.  (I, cap. V, p. 15).

         Preferimos de propósito el término naranjada al de aca­nelada por evitar la equivocación en que pudiera caer nuevamen­te el vulgo si llegara á familiarizarse con este ultimo término, deduciendo en lo sucesivo su etimología de las cañas arrolladas en forma de canela, cuya idea ha contribuido en la preferencia de las suertes, como lo advirtió Martin Lister, cuando comenzaron acia el último tercio del siglo pasado las alabanzas dejas, cañas delgadas y canutillos. (I, cap. VIII, p. 23).

         Esta virtud purgante se atribuye sin conocimiento á toda la Quina reciente como lo aseguran algunos autores copiándose los unos á los otros, y sin advertir que todos los prácticos de la primera época, pero especialmente los de la segunda, en que igualmente pasaban á Europa las Quinas acabadas de sacar de los montes para satisfacer la preocupación por el remedio fresco y reciente, rara vez observaban esta virtud catárti­ca, que se ha hecho tan reparable en la época tercera. (II, cap. VII, p. 73).

Según: En algunos casos, según, al igual que como, adquiere sus mismos valores, puesto que forma parte de una fuente de autoridad. En todos los casos nunca aparece en posición inicial y a su vez sirve de atenuación a la tesis planteada porque pone en boca de otros su opinión:

         Hay motivos para anunciar estos recelos según las noticias publicadas en los escritos perió­dicos. (II, cap. V, p. 69).

         Hallándose, pues, las unas en grado mas remiso, so­bresalen otras, de las cuales hemos deducido sus virtudes eminentes. En este concepto no es estraño que las otras especies muevan algu­na vez el vientre, pero es tan accidental y raro, según lo advirtieron muchos, especialmente Ramazzini y Van Swieten, como frecuente en la amarilla, fresca ó vieja, por lo mismo le es esencial esta so­bresaliente propiedad observada posteriormente por todos los prácti­cos de la tercera época. (II, cap. VI, p. 73).

         No se afirmaba también entonces que tenia la ven­taja de obrar en menor cantidad y menos tomas y de ser un es­pecífico contra las disenterias de 1719, según se refiere en la ci­tada memoria de la real academia de París, página 68, 69 y 70, virtudes todas idénticas á las que han inflamado á los señores Ewer y Williams elogiando la Corteza de la Angostara en contraposi­ción de la Quina. (I, cap. IX, p. 32).

En el siguiente ejemplo, el autor formula una aserción a través de una pregunta retórica que incluye referencia formada por una cita textual en estilo directo seguida de la construcción según más verbo dicendi.

         ¿No se afirmaba también entonces que tenia la ven­taja de obrar en menor cantidad y menos tomas y de ser un es­pecífico contra las disenterias de 1719, según se refiere en la ci­tada memoria de la real academia de París, página 68 , 69 y 70, virtudes todas idénticas á las que han inflamado á los señores Ewer y Williams elogiando la Corteza de la Angostara en contraposi­ción de la Quina? ¿Olvidamos ya que los amargos asociados á los aromáticos, de que se componen mil recetas, cortan las accesio­nes en cierto modo como la Quina? (I, cap. IX, p. 32).

Otro caso atenuar el discurso por medio de fuentes es por medio de la estructura del tipo por llamado + sustantivo en donde la autoridad puede ir omitida, como en el siguiente caso «la llamada de Guayana». La fuente explícita sería «la llamada de Guayana por los sabios o por indígenas o por los ignorantes».

I. Marcadores discursivos: Hay marcadores discursivos que inciden en la franqueza de lo dicho y lo objetivan, haciendo ver que algo es compartido por los demás. De los señalados por Briz (2008, p. 188-195), en el Arcano aparecen los siguientes: lo cierto es que, a la verdad y en realidad.

Lo cierto es que: A través de esta construcción copulativa se reduce el grado de aseveración de la oración sustantiva. Aparece en 3 ocasiones:

         Lo cierto es que nunca estuvieron mas desorda­nados los acopios y remesas, ni jamas anduvieron las cortezas mas revueltas que en el último tercio del si­glo pasado por la confusión en que ponian á los co­secheros las mismas contradiciones de los traficantes y profesores. (II, cap. VII, p. 78).

A la verdad: La locución a la verdad es usada en 2 ocasiones y, a diferencia de verdaderamente, atenúa la aseveración del enunciado. Siempre aparece al principio de la oración:

         A la verdad no hallamos inconveniente alguno en que se procediera siempre aprovechando pri­mero el elixir en todas las operaciones de esta cerveza profiláctica. (II, cap. IX, p. 109).

En realidad: Solo lo usa 1 vez y en posición posverbal. Es el mismo caso que el anterior, en donde el adverbio realmente intensifica el modus del enunciado y, sin embargo, esta locución, lo atenúa débilmente:

         Pocos años después, en el de 52, el comisionado San­tistéban en su viage á Loxa halló introducida ya como especie mejor y corriente otra corteza que tuvo por la primitiva; pero era en realidad la propiamente ama­rilla, de cuya abundante especie se hicieron grandes acopios y remesas, abierta la comunicación de los mares después de la dilatada guerra del año de 40. (I, cap. IX, p. 31).

B.   Mecanismos para atenuar prescripciones

No es habitual en El arcano de la quina la presencia de enunciados con modalidad exhortativa, salvo en secuencias en donde el autor manifieste la receta de elaborar la medicina a partir de la quina o apela al lector en general a una dirección determinada. Los atenuantes de mandato empleados se exponen a continuación:

B.1. La perífrasis verbal de infinitivo conviene + infinitivo: Es la perífrasis deóntica con menor carga apelativa si se compara con las otras perífrasis deónticas (deber + infinitito, tener + infinitivo y haber + infinitivo). Es utilizada en 6 ocasiones:

         Frecuentemente ocurren en la práctica muchos casos en que conviene hacer mas purgante la Quina que lo que de suyo es la amarilla, y accidentalmente la blanca. (II, cap. IX, p. 109):

B.2. La perífrasis verbal de infinitivo basta + infinitivo es una construcción que es usada como atenuante deóntico de las estructuras prescriptivas. Equivale a la construcción atenuada solo hay que. Es usada en 4 ocasiones:

         A estas preparaciones precede la diligencia de reducir la Corteza á polvo, ni tan sutil en forma de un almidón como se glorian prepararlo los Ingleses, y á su compe­tencia intentan ya imitarlos las demás naciones, con el fin de hacer el remedio menos fastidioso al paladar, y mas digestible ó menos pesado, como falsamente se ha creído en el estómago; ni tan grueso, que se hagan perceptibles á la vista y tacto las astillas de la corteza. Basta graduar el medio, pasando el polvo por el cedazo menos tupido que el comunmente destinado para florear las harinas. (II, cap. IX, p. 103).

B.3. La perífrasis verbal de infinitivo modal  poder + infinitivo es una perífrasis que adquiere valores deónticos muy débiles en casos como el siguiente, en donde asimismo está atenuada por la 1.ª persona del plural:

         A la vista están sujetos los que podemos tomar de la estructura y color de las cortezas, como al gusto los de su determinado sabor. (II, cap. II, p. 41).

B.4. La 1.ª persona del plural aparece en 18 ocasiones. El valor exhortativo de la perífrasis verbal de infinitivo deóntica deber + infinitivo se atenúa por el uso de la 1.ª persona del plural, siendo un recurso en donde al que va dirigido el texto es sustituido por el nosotros.

         Nada podemos asegurar acerca de la legitimidad de esta nue­va especie; pero si valen las conjeturas debemos sos­pechar que se haya reducido al género Cinchona con la misma equivocación que las anteriores. (I, cap. V, p. 16).

B.5. Oraciones condicionales: Las oraciones condicionales suponen en algunas ocasiones un atenuante a las estructuras exhortativas:

         Todavía debemos recelar de tales alabanzas y vituperios que igualmente prodigan los partidos, si ad­vertimos que basta para ensalzar el remedio la esperien­cia indirecta de haberse logrado favorables efectos sin haberse reparado que pudieron mas bien deberse á una feliz casualidad de origen desconocido […] (I, cap. VI, p. 18-19).

B.6. La despersonalización: Se puede conseguir por medio de una pasiva refleja (ejemplo 1.º) o por medio de una oración impersonal (ejemplo 2.º):

         Estos vinagres, que forman un ramo de la nueva prác­tica de la Quina, son como si digéramos los de pri­mera suerte; y no deben confundirse con el que re­sulta de la ulterior fermentación de todos los sedimen­tos mezclados para el uso de las lavativas. (II, cap. IX, p. 105).

         Teniendo ya caracteres suficientes sacados de las mismas cortezas para distinguir con seguridad las espe­cies, no hay que recurrir en adelante á las señales de su reverso. (II, cap. III, p. 49).

La fórmula es necesario + infinitivo es una expresión que tienen menor fuerza exhortativa que si utilizara cualquier perífrasis verbal de infinitivo deóntica:

         A pesar de tan merecidos elogios es necesario toda­vía confesar que su virtud febrífuga es indirecta, y mu­cho mas débil que la de la naranjada. (II, cap. VI, p. 74).

Sin embargo, si el verbo ser va en futuro, es una fórmula de intensificación deóntica debido al valor que tiene el verbo en futuro:

         Pasadas tres ó cuatro será necesario sa­car la mayor parte, dejando la suficiente, recogiéndo­la en toneles por separado, en que debe permanecer con alguna porción de agua y miel, en estado de una fermen­tación vinagrosa para los usos convenientes (II, cap. IX, p. 104-105).

Conclusiones

Teniendo en cuenta que todo tipo texto de cualquier época puede ser estudiado desde el análisis del discurso (Jacobs y Jucker 1995: 10), el análisis de los discursos escritos históricos es conveniente realizarlo con las mismas técnicas que los análisis de los discursos actuales, pero, lógicamente, desde una perspectiva diacrónica. Esto implica que lo cuantitativo y lo cualitativo se entrelazan porque para llegar al comentario cualitativo es necesario haber superado el análisis cuantitativo. En este artículo se han analizado únicamente los elementos que enervan las modalidades asertivas y prescriptivas y, desde luego, estará completo cuando se compare con otros tipos de mecanismos argumentativos de esta y otras obras de aquella o diferentes épocas, lo que permitirá demostrar el uso y la evolución de las herramientas argumentales.

Obviamente, hay que aclarar que para realizar el estudio y justificación global de los atenuantes empleados por Mutis en su extenso Arcano de la quina, se han escogido 5 capítulos que caracterizan los rasgos fundamentales de la obra. Así, «el caso 1» (I, cap. IV) se ha seleccionado porque acumula solo opiniones (T) del autor, «el caso 2» (I, cap. VIII) y «el caso 3» (I, cap. IX) porque contienen opiniones y argumentos basados en la exposición de datos (D) combinados en las diferentes secuencias de sus capítulos y «el caso 4» (II, cap. II) y «el caso 5» (II, cap. IX) están formados por secuencias de tesis (T), de datos y descripciones detalladas (D) y de prescripciones (I).

De este modo,  en las secuencias de tesis hay en total 165 atenuantes. En el siguiente cuadro se recogen las formas más recurrentes que son 132. En «Otros» se incluyen términos que aparecen con baja frecuencia como los modalizadores tal vez, probablemente, más bien, seguramente, solamente, la construcción con valor de duda debe de + infinitivo, alguna oración causal, la construcción explicativa como si digéramos, etc.

 

TABLA 1

 

Atenuantes de modalidad. Secuencias de tesis

 

Caso 1

Caso 2

Caso 3

Caso 4

Caso 5

Total

Pasivas reflejas

12

8

4

5

15

44 (27%)

O. impersonales

3

0

1

2

4

   10 (5%)

1.ª persona plural

1

2

1

15

26

45 (27%)

Perífrasis de infinitivo modales

2

1

1

5

5

   14 (8%)

Fuente

2

0

1

2

2

7 (4%)

O. pasivas

1

0

0

0

0

   1 (0,5%)

Verbo en futuro

2

1

0

0

1

4 (2%)

Verbo en imperfecto

3

0

0

0

0

3 (2%)

Verbo en condicional

1

0

0

0

0

2 (1%)

Otros

11

7

2

2

17

34 (24%)

 

En las secuencias de datos, en total, hay 82 atenuantes de modalidad y se han recogido 67 en la tabla siguiente que son los más recurrentes. Los atenuantes incluidos en «Otros» vienen a coincidir con los de las secuencias de tesis:

TABLA 2

 

Atenuantes de modalidad. Secuencias de datos

 

Caso 1

Caso 2

Caso 3

Caso 4

Caso 5

Total

Pasivas reflejas

0

11

4

2

7

23(29%)

O. impersonales

0

3

0

0

0

3 (4%)

1.ª persona plural

0

2

1

0

12

     15(19%)

Perífrasis de infinitivo modales

0

5

2

0

1

8 (10%)

Fuente

0

1

1

0

1

3 (2,5%)

Verbo en imperfecto

0

15

0

0

0

     15(19%)

Otros

0

4

7

0

4

     15(15%)

 

En las secuencias de instrucciones hay en total 34 atenuantes de modalidad y se han recogido un total de 31 que son los que pertenecen a alguno de estos tipos. La modalidad exhortativa puede ser atenuada también por las construcciones deónticas ser necesario que, conviene + infinitivo y basta + infinitivo que son recogidas en el apartado «Otros».

 

TABLA 3

 

Atenuantes de modalidad.

Secuencias de instrucciones

 

Caso 4

Caso 5

Total

Pasivas reflejas

0

14

14 (42%)

O. impersonales

0

6

6 (18%)

1.ª persona plural

2

7

9 (21%)

Perífrasis verbales de infinitivo modales

0

1

1 (3%)

Fuente

0

1

1 (3%)

Otros

0

3

 3 (9%)

                  

 

En conclusión, recordamos que el estudio lingüístico de textos históricos es complejo porque es habitual encontrarse con usos lingüísticos ambiguos y opacos debido a la distancia temporal. Sin embargo, a lo largo de este artículo se han expuesto el análisis y el comentario de las herramientas de atenuar la modalidad asertiva y prescriptiva de un texto histórico científico y colonial a partir de instrumentos digitales y tradicionales.

En definitiva, queda por delante un bonito desafío para los lingüistas interesados en contrastar los datos del artículo. Para ello, deberán servirse de las teorías de diferentes disciplinas lingüísticas como la teoría de la argumentación, el análisis del discurso histórico, las tradiciones discursivas, etc., que ayudarán a reconocer las peculiaridades discursivas de los textos científicos coloniales de América en particular y de los textos históricos de nuestra lengua en general.

        

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[1] La transcripción de los ejemplos citados en este trabajo se ha tomado de la edición del texto de Mutis hecha para el portal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, sin modernizar la acentuación ni las grafías de las palabras y con la puntuación de la edición póstuma.

[2] Tres años más tarde Briz rectificó en parte y reconoció el valor pragmático de ambos procedimientos de atenuación, pasó a denominarlos atenuación semántica-pragmática y atenuación pragmática propiamente dicha y añadió la atenuación dialógica que sirve para atenuar el desacuerdo o disconformidad con lo que dice el interlocutor.

[3] Benveniste (1974) y Meunier (1974) ampliaron la teoría de Bally (1942) y diferenciaron las modalidades de la enunciación y del enunciado. Las primeras son las actitudes del hablante hacia el interlocutor manifestadas lingüísticamente. Están constituidas fundamentalmente por las denominadas modalidades oracionales o de frase: Aseverativa: afirmación o negación. Interrogativa: deseo, asombro, sorpresa. Imperativa: orden, mandato. Expresiva: emociones y sentimientos. Por su parte, las modalidades del enunciado manifiestan la actitud del hablante ante lo dicho y expresan la posición del hablante en relación con la verdad, la necesidad y juicios de opinión. Se diferencian de las modalidades de la enunciación básicamente porque en las modalidades del enunciado no intervienen factores externos al signo lingüístico, solo actúa el modo en que el hablante sitúa la proposición respecto a la verdad.

[4] La referencia de esta cita, como en todas las otras de este trabajo, equivale a la parte, el capítulo y la página correspondientes de la edición póstuma de El arcano de la quina (1828) realizada por Hernández de Gregorio.

[5] «Es frecuente construir esas oraciones [condicionales] con acaso, ya que este adverbio refuerza la verosimilitud o la probabilidad de la hipótesis que se planea» (RAE/ASALE, 2009/2011, p. 3549).

[6] Hernández Alonso (1984/1996, p. 434) afirmó que, además de tener un valor asertivo, el futuro «Como expresión de eventualidad nos encontramos con los siguientes valores modales de probabilidad o hipótesis […] concesivo o permisivo […] de sorpresa […]  y de cortesía».

[7] Como las subordinadas sustantivas, las prótasis condicionales pueden ser término de la preposición por, de sentido causal como en Esta manta es por si hace frío (RAE/ASALE, 2009/2011, p. 3537).

[8] «Existe una serie de mecanismos en los que el encubrimiento del agente de la acción, es decir, lo que se conoce como impersonalidad, sirve al propósito de orientar al receptor, ya sea en el sentido en el que lo entendía la vieja Retórica, ya sea en el que lo entiende la “moderna” publicidad. El propósito es argumentar: orientar pensamientos, conductas, comportamientos» (Fuentes & Alcaide, 2002, p. 151).

[9] En otras ocasiones el enunciador aparece expresado por las comillas o la entonación destacada: Maragall ve posible el nuevo estatuto gracias a la “generosidad patrótica” de los políticos […] O integrado sintácticamente como una cláusula: Según la Universidad de Dartmouyh, los niños de dos años comprarían alcohol y tabaco […] se utiliza como un argumento de autoridad» (Fuentes, 2007, p. 39-40).